Cuando jugamos a un juego de mesa con nuestros hijos debemos intentar sacar el mayor partido de él. No solo ajustarnos a las reglas (que en algunos juegos son sencillas como tirar un dado) sino también hacer participe al niño mediante preguntas o historias. En algunas ocasiones el mismo juego podemos hacerlo diferente cambiando las reglas para practicar otro tipo de aprendizaje como podría ser el inglés, las horas o las matemáticas.
Además nos ayuda a conocer a nuestros hijos, ver su nivel de educación, de tolerancia a la frustración, de competitividad, y crea lazos de confianza y complicidad entre padres e hijos. La risa además genera vínculos importantes y duraderos.
Beneficios que podemos extraer para niños:
- Aprenden y practican la lateralidad (izquierda, derecha, arriba y abajo)
- Practican la concentración.
- Mejoran la memoria.
- Practican la agudeza visual.
- Aprenden la distinción de los colores.
- Aumentan la rapidez de reflejos y de actuación.
- Mejoran la psicomotricidad.
- Aprenden a sumar y restar. (por ejemplo mediante los dados)
- Aprenden a expresarse gramaticalmente y a expresar emociones.
- Aprenden a crear estrategias.
- Practican la paciencia (a esperar su turno) y a cumplir las normas.
- Aprenden a ganar y a perder. (Aprenden a manejar la frustración).
- Aprenden a estar quietos y bien sentados.
- Aprenden las letras, a dibujar, a escribir, a leer.
- Aprenden a tener orden en la mesa.
- Aprenden partes del cuerpo, nombres de animales, etc
- Aprenden a relacionarse, sociabilizar, crear lazos.
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